lunes, 10 de marzo de 2008

Reportaje Diario Crítica Argentina

–¿Cómo llegó al Congreso?

–En 2001, con el “que se vayan todos”. Como creo en la democracia, en un sistema de partidos, me acerqué a Ricardo López Murphy. Buscaba a alguien con ideas y, sobre todo, moralmente intachable. Después nos aliamos con PRO, donde conocí gente muy valiosa.

–¿Por ejemplo?

–Gabriela Michetti: es una amiga, compartimos temas de fe y adhiero cien por ciento a su visión política.

–¿Cree que hay una mirada despectiva hacia los evangélicos?

-A veces, los católicos se asustan de que nuestras propuestas los atraigan. Algunos me dicen “me gusta, pero me da no se qué; mi familia se muere si me ve entrar a una iglesia evangélica”.

¡Como si yo creyera que Dios sólo va a salvar a los evangélicos!

–¿Se siente representante de los evangélicos?

–A mí me votaron los ciudadanos argentinos a través de un partido político. Ahora bien, es verdad que tengo una visión cristiana.

–Y los evangélicos, ¿qué le dicen?

–Algunos oran por mí para que Dios me dé sabiduría. En su mayoría tienen una gran expectativa por lo que pueda hacer como evangélica en el Congreso.

–¿Y desde otros espacios políticos?

–El Frente para la Victoria buscó muchos candidatos evangélicos. En general, buscaron pastores de mucha convocatoria: les ofrecían un cargo al que no iban a entrar, pero metían a todos sus diputados o concejales. Los pastores, nuevitos en la política, no saben negociar. También los usaron para dirimir internas en el interior. Sé que el oficialismo operó así. (nota completa)
http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=575

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